Yo no.
Y sinceramente, si tengo la fuerza de levantarme por las mañanas es porque hay gente en mi vida que me importa, gente que también me apoya cuando lo necesito, me hacen seguir adelante o lanzarme a hacer cosas que jamás debería.
Ayer, por ejemplo, era domingo, me tenía que levantar a las 7:45 porque tenía una confirmación a las 10:00 y luego a las 12:00 tenía que cuidar de niños en el cole hasta las 18:00. Os juro que estuve a punto de no levantarme y quedarme a dormir, pero pensé:
-¿A cuanta gente decepcionaré?
Y aunque no tenía ninguna gana de meterme en la ducha, lo hice, me quité el pijama y me di una ducha de agua fría para activarme . Luego me depilé, me sequé el pelo y me lo planché. A las 8:50, me vestí y maquillé, y a las 9:05, Elena vino a buscarme. Después de casi dos horas de pie porque en la Iglesia no había sitio, fui a casa, me disfracé de india y fui al colegio. Tras pasar casi seis horas con niños de segundo de infantil, que, aunque parezcan monísimos, no sabéis cómo puede llegar a ser mantenerlos a todos cerca durante treinta segundos, me fui a casa y me metí en la cama. Luego me desperté y me puse a hacer deberes.
Como podéis ver, fue un día agotador, y no os imagináis el dolor de piernas y pies que tenía, pero os puedo asegurar que esa sensación y satisfacción de estar con los niños, de verlos jugar, correr y reír, es totalmente incomprable, y a pesar de que hoy me ha sido prácticamente imposible levantarme de la cama, no me arrepiento en nada de haberme levantado tan pronto.
Lo que quiero decir, es que el único modo de llenar nuestra vida, de sentirnos bien y ser felices, en mi opinión, es viendo a los demás felices y sonrientes y sentir que nosotros formamos parte de esa felicidad.
Siento esta falta de entradas masiva por mi parte, pero me ha sido imposible escribir y ahora lo va a ser menos, ya que empiezo exámenes, y como mucho, si tengo tiempo escribiré los fines de semana.
Besitos(:
Caar
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